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LA ALIMENTACIÓN EN EL IMAGINARIO DE LOS COLOMBIANOS

En un mundo en el que la industria alimenticia ha alcanzado su mayor potencial, con nuevas tecnologías y producción a escala en grandes volúmenes, podríamos pensar que la tecnología y la investigación son herramientas que pueden ayudar a satisfacer la demanda de alimentos que crece cada día al ritmo de la población mundial. Sin embargo, el desperdicio de comida coexiste con la falta de acceso a alimentos saludables y nutritivos para millones de personas.

En Colombia, por ejemplo, se pierde un total de 9,76 millones de toneladas, lo cual equivale al 34% del total de 28,5 millones de toneladas disponibles en la oferta a nivel nacional. En otras palabras, por cada 3 toneladas de producción se pierde o se desperdicia una tonelada.

El desperdicio de comida no solo es un derroche de recursos, sino también una falta de empatía hacia aquellos que luchan por satisfacer sus necesidades básicas.

La brecha alimentaria es un desafío global que afecta a comunidades de todo el mundo y no podemos negar que el papel que desempeñan los gobiernos es crucial en la creación de políticas públicas para abordar estos problemas, considerando elementos asociados, como la desnutrición y la calidad de la alimentación, pues no solo es la dificultad para acceder a los alimentos, se trata también de los hábitos alimenticios y de su impacto en la salud.

A nivel mundial, la desnutrición infantil sigue siendo un problema alarmante. Según datos de UNICEF, casi 149 millones de niños menores de cinco años en el mundo sufren de retraso en el crecimiento debido a la desnutrición crónica y 2,8 millones de niños mueren al año por causas relacionadas con la desnutrición

Las disparidades económicas y geográficas, así como la falta de educación nutricional, contribuyen a que el acceso a alimentos saludables y orgánicos siga siendo un privilegio. Mientras algunos disfrutan de una dieta rica en frutas, verduras y alimentos orgánicos, otros luchan por encontrar opciones saludables y por lo menos, asequibles.

Sin duda, los gobiernos desempeñan un papel esencial en abordar estos problemas. La creación de políticas públicas efectivas es clave para reducir el desperdicio de alimentos, promover la producción y distribución de alimentos saludables, cerrar la brecha y contribuir a la seguridad alimentaria. Ejemplos exitosos de políticas gubernamentales incluyen la regulación de la fecha de caducidad de alimentos, la promoción de la agricultura sostenible y la implementación de programas de nutrición en las escuelas, en los que, además, se incentive el consumo local e incluso el autocultivo.

Pero también se trata de un llamado ciudadano, desde el consumo responsable de alimentos, en la planeación adecuada para reducir los desperdicios y el sobrante y en la compra consiente de nuestros alimentos.

Desde BIOiDEAS, en alianza con la firma encuestadora PRONÓSTICOS, realizamos un estudio a nivel nacional, aplicando una encuesta a más de 1.000 colombianos para indagar algunos imaginarios, percepciones y creencias sobre la Alimentación.

¿Qué porcentaje de personas leen las etiquetas de los alimentos antes de comprarlas? ¿O cuántas creen que la obesidad es una enfermedad? Preguntas como estás y más, fueron nuestro objeto de estudio. Así que para conocer más de esta investigación, los invitamos a descargar la presentación completa en el botón al final de la publicación.

 

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